domingo, 8 de enero de 2017

En defensa del pop I: Seal (1994)

¡Y llegó el año 2017! Mis mejores deseos para todos, que tengan un año de recompensas, de luchas, de heroísmo... De sueños cumplidos tras decisiones responsables y mucho esfuerzo. Por lo menos eso es lo que yo deseo para mí.

El 2017 en Impresiones comenzará con una apología del pop, el género más despreciado por los músicos, más manipulado por los intereses del mundo, más bajo moralmente en la mayoría de los casos. Pues bien, basándome en el sonido reflexionaremos acerca de algunos álbumes y artistas que pueden llegar a ser positivos. Empezaré con Seal, y su álbum del mismo nombre, lanzado en 1994.

Este álbum tuvo un single especialmente famoso llamado Kiss from a rose, incluido en la película "Batman forever". La verdad es la canción que menos me gusta de todo el álbum. En este álbum TODAS las canciones son rescatables y muy bellas. Tengo que hablar de todas, a excepción de Kiss from a rose y otro par.

El álbum comienza con mucha fuerza con la canción Bring it on, una canción como las que tanto me gustan a mí, de pedal en el bajo. En la estrofa, muchas texturas electrónicas y de voces se turnan para darle movimiento y dinámica, sobre una base que es siempre la misma. Esto acumula una expectativa que se resuelve en el coro. La estrofa da la sensación de ser oscura, y todo se abre y aclara en el coro, es impresionante. Luego la claridad persiste, pero oscila un poco a medida que la canción va a llegando a su final. Hay un puente en el que la densidad de sonidos baja y uno detalla la voz de Seal, y luego volvemos al pedal de la estrofa que oscila en su misma claridad.

A la segunda canción le tengo especial cariño: Prayer for the Dying. En principio, la tonalidad menor y la falta de frecuencias graves que asienten la música, le da a uno la impresión de una canción triste. Más adelante entran el bajo y la batería, y la canción se anima y se hace algo bailable, a pesar de la armonía que no ha cambiado. La densidad de texturas aumenta y en el coro la armonía se ilumina. 

Dreaming in Methaphors tiene un ritmo amalgamado que le da mucho interés, y el bajo y la batería repiten siempre el mismo motivo rítmico para amarrar a la métrica a todos los demás instrumentos, mientras da la sensación de que miles de cosas diferentes suceden encima: texturas electrónicas, pequeños juegos guitarrísticos, orquesta de cuerdas, voces... 

Don't Cry es una canción que le hace justicia a su título. Es una canción que en mi opinión puede consolar, claro que nunca se me ha ocurrido escucharla cuando estoy triste; cuando estoy triste casi siempre prefiero el silencio. Después de mucho preámbulo, la estrofa comienza suave y casi acústica, con un énfasis en la guitarra acústica y el piano. Luego el coro se presenta fuerte y aumentado en dinámica con la electrónica. Este juego de intercalar dinámicas muy contrastantes se presenta a lo largo de la canción, sin embargo da la impresión de que hay un crecimiento general hasta la coda, en la que la voz de Seal se se turna con un elocuente saxofón. 

Fast Changes tiene muchas referencias a la música india. Es un poco más rítmica que melódica, a diferencia de las otras canciones, y también intenta ser más acústica y menos electrónica, con guitarra, flauta, cuerdas frotadas y la percusión india. Es una bellísima canción, introspectiva a pesar de lo alegre, ya que en las estrofas se le da un énfasis especial a la parte de la voz. 

En Newborn Friend, más que en cualquier otra, se siente la época: los noventas brillan en todo su esplendor. Para mí, esto se refleja en algunos sonidos de sintetizador recurrentes en aquella década y en la batería del coro. Es una canción en general brillante, con muchos timbres agudos y metalizados, y bastante alegre y bailable, como con matices de funk y disco. 

El dueto de este álbum es con Joni Mitchell, en If I could. Esta canción es fascinante, como una sucesión de inhalaciones y exhalaciones. Es etérea y airosa, y la voz de Joni es muy suave y sensual. Los timbres son opacos y elegantes, y el tempo y los riffs son lentos y sensuales. Aclaro que sensual no es sexual, es como yo le llamo a lo que suena disfrutado por los que lo interpretan y es deleite particular para los sentidos. 

Las canciones fueron todas pensadas para radio, y al álbum se lo clasifica como Pop, a diferencia de los trabajos más recientes de Seal, que han sido de Soul y R&B. Yo, de entre todo, me quedo con este álbum. Es alegre, cantable y bailable, pero la música tiene profundidad, dimensión. No es para nada plana, pero tampoco es forzada. Es eso lo que admiro en el buen pop: Nada es forzado, es música fácil de disfrutar, así esté llena de detalles de interés, como esta.






El último mes

Mi querido y maltrecho Mac de segunda mano, que alegría me da estar acariciando tus suaves teclas, en comparación con las del enorme y profe...