lunes, 24 de mayo de 2021

Recuperando el ritmo - La rutina es importante

 Hace un mes, mi esposo amanecía enfermo. Le tomaron la prueba, y resultó positivo para Covid 19. Unos días más tarde yo presentaba síntomas y mi prueba salía positiva también, para coronar unas semanas que se sintieron convulsas. 

Los síntomas "externos" desaparecieron la semana siguiente y a mí solo me quedaba la tos, o eso creía. Se supone que ya han pasado 4 semanas, y yo siento que hasta este sábado pude recuperar el ritmo, por eso distingo esos síntomas "externos" de otros menos obvios causados por el virus: la fatiga y pérdida del olfato; y otro derivado del tiempo de recuperación y aislamiento al que llamo "confusión". 

No me había dado cuenta de que no tenía suficiente energía, hasta que tuve energía y por fin, ganas de hacer las cosas y no constante somnolencia. Resulta que no había tenido ánimos para hacer nada, a lo que se sumaba que la pérdida del olfato me hacía frustrante cocinar, y le había dejado las comidas a mi esposo. Llevaba largo tiempo forzándome a hacer lo mínimo: quehaceres de la casa y trabajos que iban saliendo, pero cero lectura, cero escritura y muy poco de práctica de canto y piano. Muuuuucha televisión, series y películas, eso sí, una siesta al día, y nada de noción del tiempo, lo que para mí es insoportable porque me gusta sentir el paso del tiempo con exactitud. 

No salí a dictar clases, ni a ensayos, ni a misa, y sin esa percepción del calendario vino mucha confusión. No sabía qué día del mes era, y tengo varios compromisos en Junio que preparar, pero no sabía cuántas semanas faltan, y por lo tanto cuánta intensidad ponerles. No sabía cuándo cambié el mantel del comedor, o cuándo lavé la ropa delicada... Y no era capaz de hacer memoria, sentía la mente nublada... Me tocó revisar día por día en mi agenda para entender cómo retomar este fin de semana, cuando por fin sentí ánimos. 

El sábado tenía quehaceres domésticos que realicé con energía, leí, practiqué largamente piano, y sobretodo, me atreví a preparar el almuerzo, pues tengo algo de olfato ahora. Luego mercamos, y volvimos a ensayo con nuestro coro después de un mes de ausencia. Ayer cantamos la misa de la fiesta de Pentecostés, luego retomamos nuestra rutina de limpieza del apartamento, y vimos una película por la tarde. Hoy me desperté con la certeza de que es lunes, y retomando mis proyectos, he tenido una mañana muy productiva. Por ejemplo, recordé que tengo este blog, y cuento con la suficiente claridad mental para escribir. Sé exactamente todo lo que voy a hacer hoy, y también programé la semana entera en mi agenda. 

Siempre me programo con anticipación porque tengo que gestionar mi propio tiempo, y por lo general me funciona porque llevo años conociéndome y conociendo a las personas, y mi rutina actual es el producto de años de perfeccionamiento. La interrumpí en Abril para trabajar en el jardín, y en Mayo para recuperarme. Ya completamente sana, no necesito mucho esfuerzo para volver a ella, al contrario, fluye. Me siento por fin tranquila, y completamente de vuelta a la normalidad. 



El último mes

Mi querido y maltrecho Mac de segunda mano, que alegría me da estar acariciando tus suaves teclas, en comparación con las del enorme y profe...