sábado, 20 de mayo de 2017

Más sobre el canto: La postura

Cumpliré 26 en poco más de un mes y ya puedo afirmar que la vida da muchas vueltas, pero siempre te trae a donde deberías estar, a quien deberías ser. Es lo que concluía ayer cuando pensaba en lo que me está sucediendo a mí profesionalmente y como persona. 

Como desde niña era muy afinada y tenía muy buen oído, empecé a estudiar técnica vocal a los 14 años, un poco temprano para este instrumento. Comencé estudiando la técnica del canto lírico, y luego por diversas razones personales y por culpa de las malas pedagogías (por no decir profesores), me pasé al canto popular y luego abandoné por completo mi formación vocal. Sobre mi proceso formativo hay más información aquí: 


Hace poco comencé un proyecto con un guitarrista en el que montamos canciones españolas de diversos periodos y estilos. Junto con Philokalia, las dos cosas me están exigiendo una dedicación al canto de tiempo completo, y habiendo sido consciente de mis limitaciones, me he propuesto trabajar mucho para mejorar. El primer paso ha sido leerme un libro entero sobre voz cantada que fuera un poco más básico y digerible que el libro del que hablo en la entrada mencionada arriba. Encontré un libro muy bueno escrito por una cantante, que me hizo reflexionar bastante sobre mi cuerpo. 

Adicionalmente, mi compañero guitarrista me ha ido planteando inquietudes sobre la puesta en escena que exige nuestro repertorio. Muy hábilmente, se ha dado cuenta de lo poco que he trabajado mi lenguaje corporal, y me pasó un video acerca de este tema. Tuve que hacer aún más reflexiones sobre mi cuerpo a nivel externo, así como con el libro las hice a nivel interno. 


Mi lenguaje corporal es pésimo desde el hecho de que no tengo una buena postura en la cotidianidad... Tiendo a jorobarme o a inclinar mi cuerpo hacia adelante, todo inconscientemente, aunque muy acorde con mi personalidad tímida y las luchas que he tenido con el tema de la autoestima. La tesis de aquel video es que se puede cambiar la forma en la que uno maneja ciertas situaciones y se percibe a sí mismo adoptando ciertas posturas, para que el exterior vaya poco a poco transformando el interior. Decidí intentarlo, y con la ayuda de otro tutorial de YouTube supe cuál es la postura básica de la danza flamenca, es decir la forma de pararse y disponerse. 

La he estado practicando al estar de pie, al caminar y al cantar, y acepto que me hace sentir cómoda y cantar más fácilmente, hasta me destapa la nariz cuando tengo rinitis. El problema es que cuando me miro al espejo no me gusta lo que veo: El pecho se hace tan prominente que las piernas y la cabeza se ven pequeñas, porque yo tengo el tórax y el busto amplios. A mí me encanta el universo de Tintín, el de los cómics belgas... Y cuando veo mi reflejo me siento como aquella cantante Bianca Castafiore, así:


Pero pensé ayer... ¿Cuál es el problema? Ese es un cuerpo de cantante. Tengo un tórax amplio que me da más resonancia, tengo ventaja, es maravilloso. Además el personaje de Diva no me disgusta para nada... 

Me cuesta creer que llegó el momento en el que al verme como la cantante que soy,  finalmente empezaré a creérmelo por dentro. Siempre he querido cantar, y es eso a lo que me estoy dedicando ahora. No importa todo lo que pasó en mi proceso formativo, no importa cuántas opiniones me hicieran sentir que no sirvo para esto, o cuántas lo harán, porque de seguro sucederá. Estoy trabando mi cuerpo por dentro y por fuera, y estudiando técnica de nuevo; todo debido a que amo la música y sé que puedo dominar el lenguaje para expresar y transportar a las personas a otras épocas, lugares y estados emocionales. Y lo puedo hacer bien y bellamente ejecutado.

A estudiar y a sanar porque hay mucho por delante. Espero compartir muy pronto más de lo que estoy cantando.

El último mes

Mi querido y maltrecho Mac de segunda mano, que alegría me da estar acariciando tus suaves teclas, en comparación con las del enorme y profe...