viernes, 13 de enero de 2017

En defensa del pop II: Caraluna- Bacilos

Hoy voy a hablar del tercer CD que compré en mi vida. Como se trata de una banda que canta en español, es posible que mencione algo acerca de las letras de las canciones. Aprovecho y me disculpo si alguien que entiende muy bien de inglés o es curioso, se da cuenta de que hay algo profundamente dañino o demasiado frívolo en las letras de las canciones de las que he hablado hasta ahora. Soy una firme defensora de que la mayoría de veces el vehículo refleja el contenido, por lo tanto nunca he temido que las letras de las canciones bellas sean terribles.

El álbum de hoy es Caraluna, de Bacilos. Mi adolescencia despuntaba cuando los singles Caraluna y Mi primer millón fueron éxitos de radio, y no fui inmune a sus encantos. Es por esto que no vacilé en adquirir el álbum completo. Fui seguidora de la banda un largo tiempo, hasta que se disolvió. Pero debo decir que para mí su mejor trabajo fue este álbum Caraluna, en el que ya están asentados en un estilo muy propio que fluye muy naturalmente. Me parece que lo posterior es algo forzado.

El estilo de Bacilos es pop latino en su máxima expresión: me parece que Bacilos no hacen dos canciones en el mismo aire latinoamericano, el cual es perfectamente integrado con el estilo de propagación radial de la época.


Mi primer millón por ejemplo, hace mucha alusión a la música caribeña colombiana, de mi país. La voz simple de Jorge Villamizar y el acercamiento ingenuo y optimista al deseo de ser famoso que tenemos los músicos del que habla la letra, hacen de esta canción un soplo de aire fresco y sabroso. Es una canción que como sea sube el ánimo sin dejar vestigios de remordimiento o malestar.


Solo un segundo es una obra maestra dentro de su género de balada pop. Es más dinámica que las baladas regulares, y la melodía le hace justicia a la letra nostálgica. La canción se escucha bastante simple al oído profesional, pero la instrumentación y las texturas están tan bien equilibradas que muchas simplezas superpuestas dan un resultado muy armónico. A diferencia de la música Anglo de la que he hablado tanto, se puede decir que esta música latina está hecha de una sola pieza. No hay grandes contrastes entre secciones, pero de algún modo no hay tampoco monotonía.

La canción Viejo tiene de nuevo muchas referencias al Caribe colombiano, sin embargo, aquí sí hay más contraste entre las distintas partes de la canción: estrofa, pre coro y coro. Cada sección cambia de aire caribeño, hasta que el coro es ya una salsa. Lo que me gusta es que las estrofas son nostálgicas, introspectivas, y en el coro y en el final, todos esos pensamientos han derivado en una resignación y auto justificación muy típica de la personalidad hispanoamericana: el tipo está refunfuñando.

Odio el silencio es otra muy buena balada. No hay alusión a ningún género típico latinoamericano, más bien la métrica de 6/8 le da un toque de shuffle. Este movimiento binario ternario hace que la canción oscile y se sienta como el oleaje del mar. La letra es melancólica, y la canción va adquiriendo un carácter más dramático en el coro, que luego baja en la estrofa y así sucesivamente. 

Barcelona tiene matices de música brasilera, pero con armonía y motivos españoles, porque habla de la ciudad española. La canción es íntima y sexy a la vez que las cuerdas frotadas le dan un cierto lirismo y sofisticación. La verdad es que Villamizar apenas afina en términos de técnica vocal, porque su voz no es especial ni entrenada, sin embargo es una voz muy expresiva. 

Por último, las dos últimas canciones Elena y Buena son muy del estilo fiestero de Miami para mí. No me gustan mucho, pero también muestran lo diverso del universo sonoro al que se llama latino actualmente. 

Al igual que con el álbum de Seal, todos estos temas fueron pensados para vender, y se vendieron. No obstante hay aquí autenticidad y una justa explotación de los géneros populares latinoamericanos que hacen de cada canción algo muy diferente a las demás, pero equivalente estéticamente en lo luminoso, lo balanceado y lo fluido. Hice el experimento cuando estuve en Europa: Les puse a muchos de mis amigos este CD, y no sólo se transportaron a mi continente, sino que se sintieron mejor y disfrutaron del ambiente tan alegre que hace esta música en particular. 


El último mes

Mi querido y maltrecho Mac de segunda mano, que alegría me da estar acariciando tus suaves teclas, en comparación con las del enorme y profe...