jueves, 20 de septiembre de 2018

Aridez

Recientemente he subido una de mis canciones, la única de todas las que he subido hasta ahora que no he presentado en ningún concurso; que incluso unas pocas personas de confianza conocían. Se llama Aridez, y se trata de aquellos momentos en los que, no es que uno no sienta la presencia de Dios, sino que le es incómoda, porque uno sabe que no está haciendo las cosas bien y no es capaz de responder. 



El texto viene una vez más de la Liturgia de las Horas, y como era el Himno, no tenía título. Le puse Aridez porque la situación que evoca es una forma de "desierto" espiritual. La música la compuse cuando estaba estudiando composición, y recién comenzábamos a ver la armonía cuartal. Esta fue una de las primerísimas piezas con las que exploré la armonía cuartal y el minimalismo, que son elementos característicos de mi estilo ahora. La letra que le había puesto en ese entonces era extraña y oscura, dedicada a un compañero de estudio del que estaba muy enamorada, pero que no me correspondía aún conociendo mis sentimientos. No me costó nada remplazarla porque era muy mala, y hace tiempo que no me identificaba con ella. 

Con este nuevo texto sí que me identifico. La recordé hace unos días porque precisamente había pasado todo el día dedicada a evadir mis responsabilidades y a ver televisión descaradamente, cuando sonó la alarma del Ángelus, y me sentía pésimo para orar, estaba muy untada de mundo y de molicie. Entonces quise dedicarle esta canción a mi Creador, que tan generoso y alcahueta es conmigo, para serle completamente sincera. Una vez hecho el acto de humildad y pedido el perdón que está contenido en este himno, me sentí mucho mejor para retomar la vida de piedad. 

El último mes

Mi querido y maltrecho Mac de segunda mano, que alegría me da estar acariciando tus suaves teclas, en comparación con las del enorme y profe...